Westermann tras caer lesionado (Diario AS)
Westermann concedió una entrevista en Alemania para hablar sobre la actualidad verdiblanca y sus sensaciones en estos primeros meses en el club: "Me siento muy a gusto y pienso que se nota sobre el terreno de juego. Estoy aprendiendo español, pero lo importante para mí es que ganemos. Atrás no lo estamos haciendo mal, pero delante tenemos problemillas. Debemos trabajar en ello".
Su adaptación con el idioma: "Todo en español. Después de cuatro meses aquí tampoco es tan difícil. Como mínimo doy clases tres veces a la semana, en dos años espero hablarlo con fluidez. Lo bueno que tiene el español es que se entiende rápido, lo que pasa es que cuando hablan con acento andaluz no entiendo nada. Pero las órdenes en el terreno de juego son fáciles. Adelante, atrás, izquierda, derecha, lo dominó todo".
Derbi: "Fue increíble. Cientos de aficionados nos acompañaron con bengalas desde la salida del hotel en autobús hasta el estadio. Se nota la importancia que este partido tiene para la gente de aquí, donde todo es un poco más fanático que en Alemania. También lo noté sobre el césped, el ambiente se calentó mucho".
Posición del equipo: "Debemos evolucionar, sobre todo en ataque. Con lo demás podemos estar contentos, creo que somos uno de los mejores visitantes de la liga y ahora lo que debemos hacer es conquistar más puntos. En casa somos nosotros quienes tenemos que llevar el mando del partido y con eso tenemos nuestros problemas".
La vida en España: "En invierno ha vuelto la normalidad más o menos. Pero solo echen un vistazo a los horarios de comer: Los españoles comen muy tarde. Viven la vida de verdad. En Alemania, la gente vive para trabajar, aquí es al revés. Trabajan para vivir. Son culturas totalmente diferentes, pero me gustan las dos. Algún día volveré a Alemania, eso lo tengo claro. Pero antes me gustaría hacer algunas experiencias, eso sí, después de mi carrera quiero volver".
Aficionados: "Como ya dije antes, aquí todo es un poco más fanático, pero yo sigo siendo un jugador defensivo. Lo que ocurre con jugadores como Joaquín o Rubén Castro es inimaginable. No pueden salir de sus casas. Yo sí. Muchos me dan la mano, la mayoría de las veces son señoras mayores las que se acercan y me dan dos besos. Pero cuando empiezan a hablar con acento andaluz sólo me entero de la mitad".
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